1. INTRODUCCIÓN.
Este caso se sitúa en el Área de atención a menores,
ámbito de programas y medidas de orientación y apoyo socioeducativo y
laboral dirigidos a la integración social, el
contexto se sitúa en los programas de formación profesional dirigido a jóvenes en conflicto con la justicia dentro del
centro de Inserción-Laboral
de la localidad de Purchena en Almería.
Para la
presentación y resolución del caso práctico, se establece el
siguiente esquema:
· Planteamiento del caso.
· Propuesta de Solución.
· Recursos.
2. PLANTEAMIENTO DEL CASO.
El caso se sitúa en el centro de menores de
Inserción-Laboral de Purchena una localidad al norte dela provincia de Almería.
Como cada día los educadores que están a cargo del grupo de jóvenes del programa de Orientación e
Inserción Sociolaboral Agrícola, recogen a los jóvenes para trasladarlos a la
finca donde están llevando a cabo la actividad laboral. Said, un menor de 17
años procedente de Sevilla y esa mañana le comenta al educador que no quiere ir
a trabajar, los educadores le trasladan al menor que el director será informado de su conducta
por su actitud de no participar, dejándolo a cargo de otro educador y marchándose
con los demás menores. Al día siguiente otros dos menores se suman a la actitud
que el día anterior había protagonizado Said. Uno de los educadores con una
actitud de preocupación que es percibida por los propios menores, se dirige a
dirección, planteándole que la actitud de los menores no se puede permitir y
que deben de tomar las medidas necesarias,
para la reconducción de los menores.
Desde la dirección y ante los hechos producidos,
deciden tomar medidas en el problema, delegando en el Educador Social como
profesional, que actué en solucionar el problema con los menores,
planteándole también como directrices el
hablar con el educador de forma individual para cambiar su actitud y de
manera generalizada mantener reuniones con los demás educadores.
3. PROPUESTA DE
SOLUCIÓN.
3.1.
¿Qué tipo de necesidades se detectan según el caso propuesto?
3.2. ¿Qué
podemos hacer ante este tipo de situaciones?
3.3. ¿Cómo
actuaría ante la conducta del menor y la conducta del educador?
3.4. ¿Qué
elementos y competencias debe tener
presentes el educador social en las reuniones de trabajo con los educadores?
3.5. ¿Qué
medios, técnicas y recursos utilizaría para el caso?
Como señala García (2010) “La gran mayoría de las leyes autonómicas de
protección de menores ofrecen atención a los menores en conflicto social, con
conductas inadaptadas o disruptivas. La ambigüedad del concepto permite
entender incluidos en esta definición a menores con trastornos psíquicos, por
cuanto que algunos de este tipo de desórdenes provocan anomalías en el
comportamiento social”
3.1. ¿Qué tipo de necesidades se
detectan según el caso propuesto?
En el caso de este menor y muchos
otros, los menores proceden de otros
países que se caracterizan en algunos casos, por haber viajado a España de
forma irregular, menores no acompañados y que no cuentan con referentes
familiares en su vida cotidiana, que tienen problemas de documentación. Sus
necesidades se engloban en la
reeducación y reinserción, dado que la gran mayoría de casos se debe a su
estilo de vida, con sentimiento de
desarraigo notable y una dificultad evidente para integrarse en una nueva
sociedad, en una cultura distinta, sin los apoyos necesarios. Menores
procedentes de familias desestructuradas donde no ha habido una apego familiar
que guie las conductas de los mismos, falta de desarrollo de su autoestima,
autorregulación, control de las emociones, educación en valores y habilidades
sociales en la integración
social. Muchos de estos casos de los menores del centro presentan un rol con
fuerte carácter y entereza, pero cualquier problema que les afecte
emocionalmente se derrumba.
Gómez y Rodríguez (2010) sobre el perfil de menores infractores se
encuentran diferentes tipos de carencias y niveles de intensidad según los
casos:
Escolares
o académicos. Son
menores que, o bien no han tenido la oportunidad de recibir formación escolar
(por cuestiones culturales, políticas o sociales) como es el caso de parte de
los menores extranjeros, o bien, han protagonizado un grado elevado de
absentismo escolar.
Intelectuales. Nos encontramos con
menores que con frecuencia presentan déficit de atención, falta de capacidad
para la concentración, que son pocos o nada perseverantes.
Afectivas.
Una mayoría importante pertenece a núcleos
familiares disfuncionales, han podido sufrir maltrato físico o psicológico,
abandono por alguno o ambos progenitores
Sociales.
Son menores procedentes, en muchos casos, de ámbitos
donde se impone e interioriza un estilo de vida escasamente pro social. Los
hijos de familias inmigrantes sufren un gran cambio cultural al que le cuesta
adaptarse.
Culturales.
Estos menores, con cierta frecuencia, pertenecen a
culturas diferentes a las admitidas mayoritariamente por la sociedad, con usos
y costumbres no asumidos por la comunidad en general y que no participan en la
cultura dominante
Laborales.
Los grupos sociales y familiares donde se
desenvuelven estos menores sufren un alto nivel de inactividad laboral. Suelen
darse casos en los que las actividades que realizan para conseguir ingresos
económicos son de carácter marginal y, en ocasiones, ilegales.
En el caso del educador, se detecta una necesidad de
autorregulación y control de los impulsos, y desarrollo de habilidades sociales
como es el caso de la empatía, de entender que le puede estar sucediendo al
menor en su conducta de no querer participar en las actividades. También se
detecta falta de formación en resolución de conflictos y técnicas de
negociación, así como información sobre los procedimientos y normas de
convivencia del centro. Por ejemplo el hecho de dirigirse directamente a la
dirección en lugar de haberse dirigido a su coordinador de equipo por medio de
un informe para trasmitirle la actitud del menor.
3.2. ¿Qué podemos hacer ante este tipo de situaciones?
Gómez y Rodríguez (2010) en su manual sobre el programa central de tratamiento reeducativo y
terapéutico para menores infractores, citan la Ley Orgánica 5/2000, de 12 de
enero, de Responsabilidad Penal de los Menores y demás normas vigentes que
encuentra reflejada en los siguientes principios inspiradores para la ejecución
de las medidas judiciales:
- El superior interés del menor.
- El respecto al libre desarrollo de la personalidad del menor.
- La información de los derechos que les corresponden y a la asistencia necesaria para poder ejercerlos.
- La aplicación de programas fundamentalmente educativos que fomenten el sentido de la responsabilidad y el respeto de los derechos y libertades de los otros.
- La adecuación de las actuaciones a la edad, personalidad y circunstancias personales y sociales de los menores.
- La prioridad de las actuaciones en el propio entorno familiar y social, siempre que no se perjudicial para el interés del menor. Utilización preferente de los recursos normalizados del ámbito comunitario.
- El fomento de la colaboración de los padres, tutores o representantes legales.
- El carácter preferentemente interdisciplinar en la toma de decisiones.
- La confidencialidad y la ausencia de injerencias innecesarias.
- La coordinación de actuaciones y la colaboración con otros organismos.
En esta situación, es necesaria
una intervención del educador social bajo estos principios, sobre todo en el superior interés del menor, el respecto al libre
desarrollo de la personalidad del menor y la adecuación de las actuaciones a la
edad, personalidad y circunstancias personales.
La
actuación debe ir dirigida a facilitar el cambio de conducta tanto del menor
como de los educadores, desde un equipo de trabajo cuyas fases pasan por en
primer lugar tratar de analizar el problema, recogiendo toda la información
posible, realizar un diagnóstico y llevar a cabo actuaciones concretas y
evaluación de los resultados.
Para
ello, el educador social llevará a cabo entrevistas con el resto del equipo (Psicólogo,
Tutor del Menor y Educadores) dirigidas a identificar el problema y definirlo.
Del mismo modo, debe lograr establecer metas de cambio conductual en los
educadores que ayuden a diseñar un plan de intervención; así como, evaluar el
problema para determinar el logro de los objetivos.
El
modelo para trabajar en grupo será el asesoramiento colaborativo, como señala Miguel y Pérez (2005). Sobre la
noción de asesoramiento colaborativo se plantea para colaborar para alcanzar
una meta compartida a través de ciertos medios o acciones de forma coordinada,
para entender entre todos las dificultades a las que se enfrentan, identificando
los obstáculos que puede interferir en el crecimiento profesional. Por tanto mediante estos procesos entre el educador social como asesor y el
resto del equipo, se buscará la colaboración con la finalidad de dar solución
al problema y de prevenir otros que se puedan producir en el centro.
Se
plante el modelo colaborador, por varias razones. En primer lugar porque el
Educador por sí solo no puede solucionar el problema, no puede ser experto en
todas las especialidades. En segundo lugar porque es importancia contar con otros
profesionales con un alto nivel de cualificación y experiencias (Psicólogo,
Pedagogo, Educadores) en el marco de una relación de simetría. Los educadores son
especialistas, tiene mucha experiencia práctica y conocen en profundidad a los
menores, por tanto la colaboración irá dirigida a mejorar sus capacidades, apoyarlos,
consensuar e intercambiar opiniones de cómo se pueden afrontar los conflictos y
que técnicas puede ser mejor para negociar con los menores y demás compañeros.
El modelo de asesoramiento se plantea como un servicio indirecto, donde el
educador social colabora con los educadores y estos son los responsables de llevarlo
a cabo con los menores.
La
participación y colaboración implica:
- Realizar un diagnóstico del problema.
- Hacer un análisis e interpretar los resultados.
- Formular objetivos en colaboración con el resto de compañeros.
- Comunicarse eficazmente.
- Ayudar a los educadores para un cambio de conductas.
- Ayudar a los educadores a aprender a aprender.
- Mantener y reforzar la energía de las personas.
- Tratar con el conflicto o problema.
3.3. ¿Cómo actuaría ante la conducta del menor y la conducta
del educador?
Como se ha comentado anteriormente los menores presentan un fuerte carácter
y entereza, pero son débiles
emocionalmente. Provienen de unos bagajes de exclusión escolar y social,
con falta de madurez y experiencia educativas desafortunadas. Por tanto se trata
de actuar primero identificando al menor con ayuda del psicólogo y su tutor y
de los informes individualizados, en el conocimiento
y análisis de sus conductas y actuar eligiendo técnicas y estrategias de
intervención adecuadas.
Identificar supone un análisis de sus diferentes componentes, individuales
en relación a su autoestima y motivación, sociales en relación a las
actividades en grupo, colaboración, relaciones que mantiene con otros menores y
educadores. Se trata de conocer las causas de la conducta inapropiada, que
puede obedecer a causas multifactoriales.
La revisión y análisis de la información nos aportará datos relevantes que ayudaran
a comprender y diseñar la estrategia más adecuada. Con estos datos se desarrollara
una estrategia basada en la empatía, poniéndonos en su lugar para comprender su
situación, ya que su comportamiento puede deberse a una situación puntual, Se utilizarán
y aplicarán técnicas conductuales como el reforzamiento positivo, por ejemplo cuando
mantengamos una conversación con él, habrá que elogiar sus actitudes hacia el
trabajo, la colaboración con sus compañeros y
demás educadores, proporcionarle argumentos de la importancia del proceso
de reinserción sociolaboral.
Como se señala en la propia página web de la entidad que gestiona el centro
(GINSO), el centro dispone de un programa funcional y reglamento de derechos y deberes. El
programa educativo del centro se inspira en la técnica psicológica de economía
de fichas, reforzando conductas adaptativas y desincentivando respuestas
violentas o socialmente rechazables, todo ello orientado al logro de los
objetivos de reinserción específicamente para cada menor en su programa de
cumplimiento de la medida. Con el programa se persigue el reforzar
constantemente la conducta, la progresión en sus actividades, tanto en el
interior del Centro, como en las actividades realizadas en el exterior del
mismo.
El programa de tratamiento de clasificación interior se basa en un
sistema de créditos positivos/negativos, de los que el menor puede ir obteniendo
créditos positivos tras la realización de conductas positivas, tareas y/o
actividades voluntarias y de colaboración, cumplimiento de ciertas normas de
conducta que supongan el buen devenir durante su convivencia en el centro o
durante la realización de talleres ocupacionales, actividades deportivas, de
tratamiento, formativas, casa de oficios, escuelas-taller o inserción laboral.
Al igual que la buena conducta y actitud favorable, madura y responsable es
premiada y valorada con determinadas recompensas y reforzadores positivos,
consecuentemente la demostración de actitudes negativas, distorsionadoras de la
convivencia modular o laboral, la incursión en conductas prohibidas y/o
contrarias a la norma, conllevará la aplicación de créditos negativos. Esta aplicación
de créditos negativos en el hecho de tomar medidas más drásticas, sería la
última opción en caso de que su actitud persista, ya que con los reforzamientos
positivos se obtienen mejores resultados y los negativos pueden agravar incluso
más la situación.
Con respecto
al educador y desde el modelo de colaboración, trataría de llevar a cabo una
entrevista con él, para conocer los posibles problemas que también en muchos
casos son puntuales, pero como profesional no se pueden permitir. Será una
conversación de relación de trabajo, cordial y colaborativa, en ningún caso
como educador social se debe de estar por encima de él, trataría de averiguar
sus posibles problemas, su falta de habilidades sociales en el control de los
impulsos y autorregulación, en su posible falta de formación, en una relación
de simetría y colaborativa, donde se intercambia opiniones y soluciones en
relación a su actividad para tratar de prevenir posibles problemas y conflictos
que en el día a día de su trabajo puedan surgir. Por tanto se trata de que el
educador conozca y aplique técnicas relacionadas con habilidades personales (autoconocimiento,
autorregulación, autocontrol, motivación) y habilidades sociales como es el
caso de la empatía, comunicación, gestionar los conflictos, entre otros.
En cuanto a su carencia de información en lo relativo a los procedimientos
y normas de convivencia del centro, se trabajaría en profundizar en algunos
aspectos del Proyecto Educativo de Centro. (PEC) que es el documento que
explicita los principios que dan sentido a todo su funcionamiento y que dirige
la actividad global del mismo.
3.4. ¿Qué elementos y competencias debe tener presentes el
educador social en las reuniones de trabajo con los educadores?
Una
reunión es considerada como un procedimiento esencial que ofrece la posibilidad
de intercambiar ideas, pensamientos, sentimientos y tratar de dar respuesta a
problemas que puedan surgir. La reunión de trabajo se enfoca igualmente que al
educador a proporcionar apoyo a los educadores en habilidades personales y
sociales.
Los
elementos importantes en la reunión parten en primera instancia de una fase de
preparación planificada previamente destacando los siguientes:
- Elaborar un informe con los temas que se van a debatir, e incluir en él la información relevante que se considere oportuna, entregándosela a los asistentes.
- Tiempo o duración de la reunión. Atendiendo a criterios como el número de asistentes, ya que cuanto mayor sea este, la duración puede ser mayor por las interacciones que se pueden producir.
- Tema de la reunión. Deben de aparecer en el orden del día y dentro de la notificación señalando el día, lugar y puntos a debatir que será notificado con bastante margen de tiempo para que los asistentes puedan participar y en su caso prepararse si es necesario la información que consideren oportuna.
- Disposición de recursos. Comprobar previamente el sitio y disponibilidad donde se va a realizar la reunión, comprobar que se dispone de los medios que hemos previsto utilizar, como es el caso de un ordenador, proyector (asegurándose que funcionan correctamente), pizarra, mesa, sillas suficientes en relación a las personas que van a asistir a la reunión.
- Disponer de los materiales necesarios para la reunión. Bolígrafos, lápices, folios, grapadora, rotuladores para la pizarra.
Las competencias del
educador social para liderar una reunión de trabajo serían:
Capacidad para dirigir y liderar grupos: Saber coordinar una reunión, clarificar los puntos del
orden del día, precisar la finalidad de la reunión, buscar un ambiente o tono
cordial, un clima de confianza y estimular el interés de las personas
asistentes, aceptando sugerencias.
Capacidad para evaluar, asesorar,
coordinar, gestionar y dirigir, de manera autónoma, grupos, equipos multiprofesionales
y reuniones de trabajo.
Capacidad para comunicar:
Comunicación
verbal dirigirse a todos, usar términos al alcance de todos, hablar claro y con
voz modulada, énfasis en los puntos importantes, resumir con precisión las
ideas del grupo, escucha activa, utilización del feedback.
Comunicación
no verbal por medio de la aproximación, gestos faciales y mirada dirigida a
todos los asistentes.
Capacidad de trabajo en equipo: Interdisciplinar, coordinado,
formación permanente, actualización formativa, tomar decisiones, respetar y
asumir las de otros.
Capacidad para tomar decisiones y
resolver problemas complejos:
Diseñar, dirigir, gestionar, evaluar la intervención social dentro de los entornos
donde tenga competencias.
Capacidad para negociar: Conocer y aplicar técnicas de mediación para la resolución de
conflictos entre los menores y los educadores.
Capacidad para interactuar: Promover cambios, apoyar el
desarrollo de vínculos en los individuos, grupos y organización del centro,
cooperar y colaborar en las normas de convivencia del centro.
Capacidad para manejar y aplicar Tecnologías
de la Información y la Comunicación: Identificar
y localizar fuentes de información, evaluar la calidad de la información,
organizar la información, usar la información de forma efectiva, utilización de
programas ofimáticos, gestión del correo electrónico, redes sociales.
3.5. ¿Qué medios, técnicas y recursos utilizaría para el caso?
Como técnicas utilizaría la entrevista
semiestructurada, será útil como medio para recabar información tanto con los
menores como con los educadores. La entrevista semiestructurada ofrece la
posibilidad de mantener una conversación mediada por un guión de preguntas a tratar, con la posibilidad de poder cambiarlas,
reordenar o reformular. El objetivo es la obtener información en las palabras y
enfoques de los menores y los educadores.
La observación participante: Se
trata de obtener mayor información a través de la observación en las
actividades del centro, como actúan los educadores y los menores, observar las
expresiones no verbales de sentimientos, comprender cómo se comunican entre
ellos, observar situaciones que los menores y educadores han descrito en la
entrevistas. De esta manera se puede colaborar en trasladar a los educadores
nuestra percepción para mejorar su trabajo con los menores.
Informes de análisis: Servirá
para extraer información individualizada relevante de los profesionales que
interviene con los menores (tutores, educadores, psicólogos, trabajadores sociales).
De este modo se conocerá mejor las actitudes, comportamientos y entorno social
de los mismos, nos permita tener una información más ajustada del seguimiento
de la medida y la intervención educativa realizada.
En cuanto a recursos materiales
se debe de prever, entre otros una zona (despacho) aislada de personal para poder
llevar a cabo las entrevistas. Una sala de reuniones con todo el equipamiento y
materiales, como por ejemplo: disponer de un ordenador, proyector, sillas,
mesas, materiales y programas de ofimática y acceso a internet.
4. RECURSOS.
ÁLVAREZ
GONZÁLEZ, B. y FERNÁNDEZ SUÁREZ, A.P. (2012): Orientación comunitaria. Madrid,
UNED.
ANGROSINO,
M. (2012). Etnografía y observación participante en investigación
cualitativa. Ediciones Morata.
CALLEJO
GALLEGO, J. (2002). Observación, entrevista y grupo de discusión: el silencio
de tres prácticas de investigación. Revista española de salud pública, 76(5),
409-422.
ESPAÑA, E.
G., PÉREZ, O. G., JIMÉNEZ, M. J. B., & JIMÉNEZ, F. P. (2011). Menores
reincidentes y no reincidentes en el sistema de justicia juvenil andaluz. Alternativas:
cuadernos de trabajo social, (18), 35-56.
GARCÍA, H.
D. (2010). La Protección de menores en conflicto social, con conductas
disruptivas, inadaptadas o antisociales. (Análisis de la atención a la
peligrosidad social en las leyes autonómicas de protección de menores. Derecho
Privado y Constitución, (24), 197-289.
GARCÍA
TENORIO, P., MUDARRA Mª J., (2010). Diagnóstico en educación social.
Madrid, España: Sanz y Torres.
CARRERAS, J.
S. (2009). El enfoque por competencias en la formación de los educadores
sociales: una mirada a su caja de herramientas. Pedagogía social. Revista interuniversitaria,
(16), 9-20.
GRAÑA GÓMEZ J.L. y RODRÍGUEZ BIEZMA M.J. (2010) Programa central de tratamiento
educativo y terapéutico para menores infractores. Agencia de la Comunidad de
Madrid para la Reeducación y Reinserción del Menor Infractor. Facultad de
Psicología, Universidad Complutense de Madrid.
GINSO (2015).
Asociación para la gestión de la integración social. Recuperado de: http://www.ginso.org/content/ce-purchena-programas
MARTÍN-CUADRADO,
A., GALLEGO-GIL, D.J. y ALONSO C.M. (2012). El Educador Social en
Acción: De la Teoría a la Praxis. Madrid, España: Ramón Areces.
MIGUEL, E.
S., y PÉREZ, J. R. G. (2005). Sobre la noción de asesoramiento colaborativo: lo
que se dice y lo que se hace. In La práctica del asesoramiento educativo a
examen (pp. 29-54).
SENRA
VARELA, M., (2012). La formación práctica en intervención socioeducativa.
Madrid, España: Sanz y Torres.
VÉLAZ DE MEDRANO, C., ALONSO, C.,
DÍAZ, M. y FERRANDIS, A. (2009): Educación y protección de menores en
riesgo. Un enfoque comunitario. Madrid: GRAO. Colección Crítica y
Fundamentos.
VÉLAZ DE
MEDRANO, C., (2002). Intervención educativa y orientadora para la inclusión
social de menores en riesgo. Factores escolares y socioculturales. Madrid,
España: UNED.
No hay comentarios:
Publicar un comentario